El joven monje: Hay algo que me turba.
El inquisidor: Os escucho... .
El joven monje: Me pregunto si quemar a los herejes no es ir contra la voluntad del Espíritu Santo.
El inquisidor (algo sorprendido): Pero si es la justicia de los hombres quien les castiga.!Es el brazo secular! Los herejes no son castigados por ser herejes, sino por las sediciones e los atentados que cometen contra el orden público. ?Comprendéis lo que quiero decir?
El joven monje: Sí. Aunque , siendo así, aquellos que han visto quemar a sus hermanos quemarán a su vez los demás, y así sucesivamente. (en voz baja). Uno tras otro, todos estarán seguros de poseer la verdad...Y entonces, ?para qué habrán servido todos esos millones de muertos?
extracto diálogos, La Voie Lactée (1969), de Luís Buñuel
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